En muchas ocasiones hemos hablado
de este término dentro de artículos que trataban otros asuntos. No es por
simple capricho, sino porque el domicilio fiscal es un dato que puede ser muy
importante en nuestras relaciones con las administraciones.
Ya de por sí legalmente debemos
informar a nuestra “amiga” Hacienda de nuestro domicilio fiscal, tanto si eres
autónomo, como si somos un ciudadano de a pie, estamos obligados a comunicar
los cambios de domicilio en unos plazos determinados.
Así por ejemplo, el autónomo
deberá comunicar el cambio de domicilio
fiscal en el plazo de un mes desde que se produzca, presentando para ello
el modelo 036/037.
Para los particulares Hacienda
dispone del modelo 030 pudiendo
indicar el cambio de domicilio fiscal en la declaración de la renta, aunque la
normativa establece también la obligación de notificar el cambio de domicilio en
el plazo de un mes.
En ambos casos el no cumplir con
estos plazos, puede conllevar sanciones, de hasta 400 € para quienes tengan
actividad económica y de 100 € para los particulares.
Pero no sólo debemos notificar el
cambio de domicilio por evitar sanciones, sino por nuestro propio interés,
vamos a ver ejemplos en los que el domicilio fiscal puede ser importante: